A Jeny se le cayó el móvil al suelo.Estaba
paralizada.
-No, no puede ser – grita mientras
comienzan a salir lágrimas de sus ojos.
De pronto, empezó a temblar y se
desmayó.
En la fiesta de Mangel estaban todos muy
borrachos, ya eran las doce de la noche.Rubén se había quedado dormido cerca de
la piscina.
-Rubius, despierta – le toca Maximus.
-Ehhh?
-Es hora de que te lleve a casa, estás
que das pena…
Maximus lo ayudó a levantar y tras
despedirse de Mangel, lo ayudó a montarse en su coche.
-Ehh tío que yo puedo conducir –
balbucea Rubén.
-Ni de coña.Tranquilo, no le pasará nada
a tu coche.
Tras casi dos horas, llegaron al piso de
Rubén.
-Bueno, ya llegamos… despierta anda.
-Uf, qué dolor de cabeza…
-Ya eres más Rubén, pero aún estás
borracho, ¿puedes subir solo?
-Sí, tranquilo. ¿Quieres que te deje mi
coche?
-Me harías un gran favor; mañana te lo
traigo de vuelta.
<<Menos mal que tenemos ascensor>>
- pensó Rubén.
Miró su móvil: 5 llamadas perdidas de
Jeny.
<<Joder, no me acordaba de ella…
Bueno, a decir verdad, no me acuerdo de nada.Voy a pedirle perdón.>>
Cuando llegó a la puerta de Jeny,
escuchó unos llantos muy fuertes que cesaron de pronto.
-¿Jeny? – preguntó mientras tocaba en la
puerta.
No recibió respuesta.
-Jenyyyyy – tocó más fuerte, pero de pronto
la puerta se abrió; estaba mal cerrada.
Entró y la buscó por todas partes pero
no la veía.Se acercó a la puerta del baño, estaba entreabierta.
-¿Estás ahí?
Al no recibir ninguna respuesta, decidió
abrir la puerta.
-¡NO PUEDE SER!
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